sábado, 26 de septiembre de 2009

Que bonico Denia y que bien El Poblet ¡¡¡






Tras el lujo y el frenesí de Las Vegas qué mejor que Murcia y Alicante.....y paradita tambien en Denia, para darme unas aguas en el Spa y en la piscina de este sitio tan chulo de las fotos. La "rematación" gastronómica ha sido la visita a El Poblet, de Quique Dacosta...peaso de restaurante¡¡¡. Es de a 150 euros por cabeza, pero se pagan con gusto.

El Poblet juega en las categorías superiores. Llegamos en un día lluvioso y nada más entrar nos ofrecieron toallas para secarnos. La decoración clásica mezclada con obras de arte contemporáneo. Sobre la mesa una escultura blanca y unos llamativos platitos para el pan de Versace (cantaban un poco). Elegimos el Menú Nuevas Tradiciones, que incluye platos "históricos" de la casa y algunos nuevos. El sumiller nos recomendó para el menú un vino del Priorato, de las bodegas Costers del Siurana, el Kyrie 2005, y le hicimos caso...que es verdad que los platos eran muy marineros....

Para empezar la "Trufa Blanca"....gran comienzo gustativo e irónico, por el juego que hace con el aspecto de las trufas que no son tales. Luego la espectacular "Bruma", sobre la que reposan las hierbas y las verdurillas. De tercer trallazo el "Cubalibre de foie gras", el original, que ya no sorprende pero ni falta que hace, que está de muerte. Luego llegaron dos platos de 2009, la sopa fría y la ostra ibérica. Son los más arriesgados, con los sabores más potentes, sobre todo la sopa, con la mezcla de crustáceos y cerezas....aunque al ir acabando el plato, se le va pillando el punto al sabor que al principio produce un poco de shock. A continuación llega otro capítulo, el del producto, con unas gambas rojas de Denia muy bien presentadas y una cigala de las Rotas jugosa y plena de sabor. A estas alturas, el Kyrie nos dejaba un regusto casi a manzanilla, al maridarlo con el marisco...(sería sugestión?).

Para ir acabando la Gallina de los Huevos de Oro, riquísimo plato aunque no pudimos dejar de recordar otro: "del huevo a la gallina" de Arzak. Cuando llegó el arroz Senia con morillas, hígado de pichón a la brasa y hierbas silvestres estábamos ya exhaustos....pero pudimos probarlo. Este último plato también es de 2009 y nos enseña cómo pueden hacerse los arroces del siglo XXI.

A los postres, un monocromático de coco, que hacía juego con la escultura que teníamos en la mesa....tal vez un poco simple. Y finalmente las piedras....varias texturas de chocolate y una especie de bola crujiente y dulce que -de nuevo- recuerda la forma de la trufa y enlaza con el primero de los platos...como si fuéramos a volver a empezar. Para los postres tomamos un Pedro Ximénez de Spinola.

Había sido una comida a mediodía espléndida....y seguía jarreando agua. Como ejemplo del excelente servicio de El Poblet, tan solo comentar que nos acompañaron con paraguas al coche. El personal supersimpático y atento. El ambiente muy "afrancesado"....y por poner alguna peguilla -que no todo van a ser piropos- estaría bien algún petit fours con los cafés y no advertir cuando se hace la reserva de que no permiten ropa deportiva o de baño.

Lo del bañador casi que lo entiendo, al estar cerca de la playa, aunque se nota a kilómetros que no es un chiringuito, pero lo de la ropa deportiva me parece muy ambiguo: ¿incluye también el calzado? ¿una camiseta que puede costar el doble de lo que valen algunas camisas?. En fin, el tema de la ropa en estos sitios lo llevo muy malamente. En fin, como el proceloso mundo textil todavía no me afecta al yantar, que es a lo que vamos, pues un sobresaliente¡¡.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Zampabollos is back ¡¡¡

De vuelta de las vacaciones en Chicago y Las Vegas dejo por aqui mis tradicionales crónicas gastronómicas ¡¡¡¡....después de USA, Murcia y Alicante, para el jet lag.

De grana y oro


Nueva repetición en este restaurante a nuestro paso por Murcia. Soy fan. Coincidiendo con la voltereta y las dos orejas de José Tomás en la Plaza de Toros, nos fuimos al Trapería 30 a probar el menú taurino: "De grana y oro". De nuevo los menús temáticos de Antonio Jesus Gras, que tanto se agradecen. Está bien que la gente se lo curre. Nos recomendaron un vino de Bullas, el Valché 2005, y nos encantó. De entrada una croqueta de pimientos y toro y una ensaladilla rusa con salmón. El gazpacho de tomate con helado Gorgonzola estaba de muerte. Lo había probado en otro sitio con helado de albahaca, pero nunca con uno de queso, y más con ese sabor. El resultado nos gustó. Lo mejor, por consenso, fue la tempura de Cazón con mojo de curry rojo...y todo con unas verduritas muy murcianas...aunque tambien estaba genial el plato central, con el que se remataba la "faena" después de los capotazos: el rabo de toro deshuesado, con verduras y cuscús con olivada. El postre de higos, almendra y café...tambien rico y además un pequeño brownie con el café. Por poner alguna pega, esta vez el menú no estaba maridado, pero el Valché fue un acierto. Otro pequeño problema es que había algún sabor que se repetía...alguna especia o condimento ¿tal vez?...creo que en la ensaladilla y en el pescado. Salimos contentos de nuevo y con la alegría de que no te den el sablazo de rigor ¡¡....eso para los toros¡¡¡¡.

Els Capelláns....Elche

Había estado hace tiempo y recordaba el gazpacho con bogavante, aunque esta vez no lo he pedido. La situación es buena, en medio del palmeral. Además nos dieron una mesa con vistas a la piscina...muy refrescante. Fue comida a mediodía. Nos trajeron de aperitivo una crema de aguacate muy cremosa y luego pedimos un carpacio con virutas de foie, rico, y unos "monaguillos", que son entrantes frios y calientes (una degustación) de raciones generosas. Estaban muy buenos y con eso ya casi que comemos. De vino, un Marina Alta de Alicante (homenaje a la tierra). De plato fuerte, el arroz con costra. No es que sea yo un experto en ese plato, pero me resultó con una "costra" demasiado contundente, parecía una torilla francesa encima del arroz. Recomiendo sobre todo los entrantes.

Robuchon


L'Atelier de Joel Robuchon en Las Vegas.

En medio del caos en el que se convierte esta ciudad se puede encontrar algo más que un buffet de casino. Joël Robuchón tiene en Las Vegas su restaurante de tres estrellas Michelín y también L'Atelier (El Taller), una estrellita, y una réplica de los establecimientos que tiene en Paris, Tokio, Londres o Nueva York. La decoración es exquisita (viendo lo que se ve por la calle) y la idea es que el público vea desde la barra cómo funciona la cocina. El espectáculo impresiona. El jefe da órdenes continuamente (en francés) y a veces grita. Los demás le obedecen y corren, parten, gratinan, emplatan y sirven. Tomamos el menú de otoño regado con una botella de Fumé Blanc de Robert Mondavi, un cabernet sauvignon hecho en el valle de Napa. El aperitivo era una crema con carne de cangrejo y pimienta. Después ¡¡gazpacho¡¡...un poco salado y con toques cítricos, que es algo que aparecería también después. En la barra, además, había un jamón serrano...lo digo por el toque hispano. Tras el gazpacho llegó el langostino en papillote crujiente y pesto...suave y templado. El plato principal es a elegir,carne o pescado. La carne es de cerdo...una especie de panceta braseada con cebolla caramelizada que tenía un sabor muy “ibérico”. El pescado, un salmón escocés con alcaparras y lima....delicioso. Antes de los postres, una pequeña degustación de tres quesos franceses con diferentes panes...y para cerrar, los postres: cinco tartitas pequeñas...de limón, de crema de cacahuete, de manzana, etc...y también cinco helados...de frambuesa, de queso, de pistachos...en fin, un buen repertorio de postres en cuanto a colores y sabores. La cristalería de Spiegelau y la cubertería francesa. El servicio bien, sobre todo cuando uno de los camareros nos explicó los platos en castellano. Lo peor: el café....es lo único americano del restaurante (a parte del 20 por ciento de rigor en la propina). Al llegar de los últimos (que es algo muy español) vimos no sólo cómo cocinaban, sino también cómo limpiaban....que trajín de cacharros¡¡¡¡. Después de la cena sales de allí y te topas con las maquinitas del casino. Recomendable.