Como decía aquel estribillo ochentero "yo jamás te hubiera conocido si
no llega a ser por Los Ramones". En este caso cambiamos al grupo punk
por la guía del muñeco regordete y ahí tenemos el descubrimiento. Ahora
ya sabemos que si estamos "entre Pinto y Valdemoro" hay que tirar para
este último destino, con todos mis respetos a los pinteños. Tras la
estrella Michelin a Chirón nos aventuramos hacia allá en una noche de
niebla cerrada y volvemos satisfechos y convencidos de que el "macarrón"
es merecido. Buena cena. Menú gastronómico con unas cervezas de
arranque. Snacks curiosos (la aceituna al vermut y los cucuruchos de
pisto y bacalao sobre todo). Para la cena, tras revisar un poco una
extensa carta, elegimos un "Belondrade y Lurtón" 2009 muy bien servido,
copas Riedel, preocupación por la temperatura, etc. Para romper fuego un
yogurt de morcilla muy rico y un foie caramelizado con perdiz, queso,
membrillo y pan de naranja (espectacular). Luego la tortilla de patatas
en copa, para mezclar con el huevo y con lascas de trufa por encima.
Bien. De lo mejor el arroz socarrat con vieira y alioli. El arroz
delicioso y la vieira jugosa, aunque bien marcada. De pronto nos
acordamos de las desastrosas vieiras que nos puso el mediático chef
Ramsay en su restaurante neoyorkino. Nada que ver con éstas, mucho
mejores y más cerca de casa. Después de ese subidón de sabor tal vez
quedaba un poco por debajo el pescado, con salsa de berberechos. Pero el
bache se remontaba inmediatamente con un sabroso ciervo con setas y
castañas al armagnac. De postre una sencilla brioche con helado de toffe
con un regusto delicioso a dulce de leche. Remojando la brioche en el
caldo del helado es inevitable recordar algunas torrijas. Café, "pettit
fours" y un servicio impecable hicieron el resto. Buena relación
calidad-precio. Por poner algún pero, la decoración de la sala tiene
mejoras pendientes y -por ser pejiguero- las mesas más cercanas a la
cocina pueden escuchar el trajín de los fogones en los días de más
ajetreo. Por lo demás, buena cocina sin complicaciones y por lo tanto
sin mucho riesgo, aunque muy bien ejecutada. Habrá que volver para el
menú "clásicos"....que el cochinillo promete...
Amigos y amigas....fotos y videos....viajes....actividades y excentricidades....estilos de vida en el barrio....tendencias off Madrid.....chorradas varias
domingo, 30 de diciembre de 2012
martes, 18 de diciembre de 2012
El Bohío (Illescas)
Buena comida en El Bohío tras mucho tiempo de andar tras la oportunidad
de visitar esta casa en Illescas. El único problema, tal vez, las
excesivas expectativas después de haber leído algunas críticas
laudatorias. Incluso tras la publicación de las últimas estrellas
Michelín había quien reclamaba dos "macarrones" para este restaurante,
aunque -en mi modesta opinión- todavía tiene algún camino que recorrer
antes de llegar a ese "semi-olimpo". Menú degustación. Los snacks los
acompañamos con unas cervecitas frescas...y de ellos el que más me gustó
fue el foigrass con sardina. La comida la acompañamos con un par de
botellas de Viña al Lado de la Casa (Yecla). La cuña helada de queso
tiene impacto visual, pero se queda algo insípida en el paladar. El
langostino con wasabi daba la sensación de que estaría acompañado de
algún fondo o salsa adicional, por la presentación, pero no era así.
Buen sabor. Las lentejas con foi gras y butifarra fueron muy celebradas,
así como el morteruelo y las patatas con costillas. Son sabores con
raíces con presentaciones contemporáneas que practican también otras
cocinas castellano manchegas como la de Ars Natura. El Huevo con setas
bien y el salmonete sin embargo algo flojo. El cabrito asado también
bien aunque casi estaba mejor la alternativa que tomaron otros
comensales, la liebre con castañas. El primer postre de naranja,campari y
azafrán parece demasiado etéreo y resulta mas efectivo el estupendo
flan de caramelo, por presentación y sabor. Con el café ponen unos petit
fours estupendos. Como sensación general, una muy buena comida aunque
tal vez se pisó el local esperando la excelencia. Tienen una bodega
impresionante, cierto, pero la cocina parece que no trabara del todo esa
difícil salsa a base de sabores tradicionales y preparaciones más
contemporáneas- Parece que faltara argumento o concepto....o tal vez yo
no supiera entender porqué algunos platos tenían algún guiño oriental
porque sí....otros un juego "trompe l'oeil" y de nuevo una parte central
absolutamente tradicional que apuesta por el producto. El servicio bien
y el local (sala de arriba) correcto. Insisto en que las expectativas
eran máximas y eso nunca es bueno.....
domingo, 18 de noviembre de 2012
lunes, 15 de octubre de 2012
Impresionante ¡¡ The Weeknd - Rolling Stone (Explicit)
The Weeknd es el nombre artístico del etíope, con sede en Toronto, Abel Tesfaye
miércoles, 3 de octubre de 2012
Los mil sabores de la Sal (Restaurante "A Poniente" El Puerto de Santa María)
Tras un primer traspiés había que regresar para confirmar que se había tratado tan solo de un mal entendido. Y a la segunda fue la vencida...y de qué manera¡. Además de disfrutar de un espectacular maridaje esta segunda visita ha servido para certificar el crecimiento de esta cocina hacia profundidades más esenciales todavía, adornadas además por nuevas ocurrencias no exentas de un sentido del humor que le quita algo de hierro a la ceremonia. Imponente el Menú "Aguas Calientes Atlánticas 2012" que se puede seguir además de con el paladar con una especie de cómic naif a modo de libreto casi infantil para una ópera en la que los músicos tocan con escafandra. Se acaban los calificativos para los cien matices distintos que puede atesorar el término "salado". Hasta nueve caldos diferentes para acompañar las viandas, en un repaso exquisito por amontillados, manzanillas pasadas y sin pasar, finos y tintillas. Sorprendente el espumoso del Penedés con corazón sureño (Colet.Navazos 2007) y el siguiente paso con un estupendo René Geoffroy. Algún guiño al norte con un buen Albariño...un rioja de Abel Mendoza...y vuelta a la tierra con un fino en rama Tío Pepe de quitar el sentido y algún producto impactante de la bodega sanluqueña de los Infantes de Orleans de Borbón. En lo que se refiere al yantar, se empieza con las tapas canallas, entre las que se encuentran sus famosos embutidos marinos. Estupendo el queso del mar con una pequeña elaboración junto a la mesa o los burgaillos y cañaillas haciendo de caracoles y cabrillas en un vasito típico con su servilleta en la que se puede leer "gracias por su visita". Los guiños humorísticos continúan a lo largo del menú con algunos platos ya conocidos, tal vez mas afinados. Del primer lance, en frio, destacar la cajita que viene como si fuera caviar con su hielo alrededor y que contiene una emulsión con plancton y berberechos....puro sabor a mar y regusto a ostras. Rica la gamba blanca del segundo lance o la casi reconstrucción (en el tercero) de un langostino de Sanlúcar en el que su cabeza se sustituye por su jugo. Y así suma y sigue, en un recital largo y -aunque parezca mentira- variado una vez que se entra en el juego de los matices marinos. El toro de mar como si fuera el de lidia culmina el festín antes de los postres, en los que vuelve la travesura con una particular versión del Alfajor de Medina Sidonia. El ritmo del servicio perfecto y así como las explicaciones de los platos y los vinos. Puede perfectamente aspirar a las dos estrellas de la guía roja y tan solo deja un reto pendiente: ¿se puede seguir profundizando aun mas en la fórmula? ¿Hay todavía simas más abisales?...parecía que no -en un principio- y de momento el chef del mar sigue en la brecha. Como sugerencia tal vez no estaría mal combinar la bajada a los fondos marinos con una mirada a la sierra de Cádiz.....De momento se queda uno con esa sensación de haber estado como un niño con sus gafas de bucear y su tubo....
domingo, 9 de septiembre de 2012
Sandó
Sandó "by Arzak Instructions" es el nombre (un poco pretencioso) de este restaurante que basa su tirón precisamente en la asesoría en la cocina de Juan Mari Arzak. Se sabe que, lógicamente por el precio, no habrá que esperar nada igual al templo donostiarra que pilota el maestro y con esa premisa se sienta uno ante el mantel. Los platos del menú degustación están bien. La carta de vinos no es extensa pero tiene una variación de denominaciones y precios aceptable. El problema es que la asesoría del chef debería ir más allá de la cocina y llegar a la sala porque el ritmo de salida de los platos fue manifiestamente mejorable. 49 euros el menú que con IVA se va a 53. Con la bebida y los cafés a nosotros nos salió por unos 73 euros por boca. Bueno el pastel de cabra roca con el boquerón y la fresa, así como el foie-gras con melón y vinagreta de ensalada envuelto en una especie de masa de dim sum, aunque en ambos casos no se acababa de entender la tardanza, ya que da la sensación de estar pre-elaborado, con algún toque final. Raciones no muy generosas, pero al final no te quedas con hambre. Ricas y sin sorpresas las pochas con chipirones, interesante el bonito asado con mojo de café (aunque en parte parecía algo seco)y un jugoso pichón asado con peras para terminar, antes de la mousse de lima, teja arrugada y salsa de frutas...postre ligero y digestivo, con la teja -tal vez- un poco durilla. Para acompañar la cena un Agustí Torelló rosado bien fresquito. Nos preguntaron si lo servían en copa de vino porque había gente que lo prefería (?) pero no lo vimos claro y pedimos las copas de cava típicas de tallo largo. En fin que no estuvo mal si no fuera por las esperas entre plato y plato.....
miércoles, 22 de febrero de 2012
Restaurante "La Salita" (Valencia): Humor seriamente ejecutado
Nueva visita a La Salita y nuevas propuestas culinarias, aunque parezca que por la repetición de esas citas podría acabarse la sorpresa. Nada más lejos de la realidad. El menú propuesto juega constantemente y añade humor a los sabores. Es circular y redondo, con el juego de simular que empiezas por el final, por un postre que no es tal, sino aperitivos salados disfrazados de carnaval. No es un café lo que viene en la taza de arranque ni pastelillos....eso será al final. En medio una caballa espléndida acompañada de ese "gazpacho de burbuja" tan celebrado (una especie de cava de gazpacho con una transparencia milagrosa). El arroz meloso tiene un fondo sabrosos y sigue jugando con el bonito ahumado que se mueve en el plato. Tras desengrasar con el granizado de gin tonic la fiesta continua con la cajita del dim sum en la que se oculta el guiño asiático del bocado de polenta de trufa negra y pollo, con su caldito. La olla valenciana flotante con pelotas de foie, shitake y caldo de tuétanos también juega con lo oriental pero mantiene la tensión humorística cuando se presenta en seco y se añade agua caliente en un recipiente típico de cafetera Melita, como cuando en los EEUU te añaden más café. Para terminar, parecería que te llega un brownie de chocolate, pero es carne. La carrillera de buey glaseada con crema de manzana y tubérculos, con brillos de oro y plata muy conseguidos, creo que a base de cereales....Y la traca final es de nuevo la taza y la bandeja, pero ahora sí es dulce. Pastelillos y delicias acompañadas con una taza de couland de espuma de crema inglesa y nougatine. Después de dos intentos frustrados en el juego de las tazas, no hay mas remedio que pedir un café de los de verdad y un perfecto gin tonic elaborado con el cuidado que creíamos reservado al trato de los vinos. Por cierto que, el que tomamos, consejo del sumiller candidato a "nariz de oro", fue un Bassus Pinot Noir 2008 decantado con sabiduría y buen hacer. A los postres probamos también un vino dulce que no recuerdo cual era, pero que olía a un poco a laca, aunque en boca era delicioso...una pequeña broma más para seguir con el juego de toda la cena. "Food for thought ¡¡".
sábado, 28 de enero de 2012
Balzac (Madrid)
Nunca había estado en Balzac y la primera vez ha sido ésta, con un menú de esos de promoción que nunca sabes si se quedarán cortos, aunque sin duda no ha sido el caso. De aperitivo un chupito de sopa castellana con una minimagdalena. Luego la crepe de salmón ahumado con brotes, correcta, y mas tarde el tataki de atún rojo con guacamole y wantón (delicioso) y una crema de lentenjas con codorniz muy tamizada. A estas alturas estás ya casi lleno y todavía queda la dorada y el solomillo de jabalí, con el que acabas por pura gula. Tambien ponen un aperitivo de Kir Royal con unas aceitunitas y blanco de rueda con los primeros y rioja crianza con los segundos (además fueron generosos al respecto). De postre unos buñuelitos de chocolate....café y Petit Fours y todo por 40 euros por cabeza. Buena cena, opípara, como para repetir.
sábado, 21 de enero de 2012
La Terraza del Hotel Santa Catalina (Las Palmas)
José Rojano es el Chef de "La Terraza", el restaurante del Hotel Santa Catalina de Las Palmas. Era nuestra segunda vez y la confirmación de que se trata de una cita ya ineludible para nuestras visitas a la isla. La localización está mjuy bien, en los soportales del hotel, al estilo del Nacional de Cuba. Grandes cortinas estilo colonial y mesas impecables en las que, al estar al relente, se puede fumar. Rojano es de Elgoibar y trata de darle el toque canario a alguno de sus platos, con lo que la fusión resulta de lo más atractiva. Su versión del marmitako y la ensalada césar del año pasado estuvieron geniales. En esta ocasión se han repetido algunos platos de entonces y -entre ellos- una muestra de esa mezcla de la que hablaba....el foie con plátano caramelizado sobre pain d'épices (fantástico). Tambien el gazpacho de mango con huevas y langostinos. La mousse de ensaladilla rusa, sorprendente. El plato principal era todo un seguro para no dejar a nadie con hambre, un espectacular codillo ibérico de los que no puedes con ellos y al final perpetras. A los postres, un refrescante sorbete de frambuesas y una panacota de coco con mango y chocolate blanco (preciosa por cierto). En lo que se refiere a los vinos optamos por dos de La Palma, el Teneguía (blanco) y el Agala (tinto)...éste último muy curioso, aunque no al gusto de todos los comensales. A mí sí me gustó, aunque es cierto que tiene su aire pintoresco. En general muy buena comida al fresco en un entorno precioso. A Sting le gustó y a nosotros también.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)